Corta la carne en láminas lo más finas posible y desecha cualquier resto de tejido conjuntivo, hueso y cartílago.Sazona la carne con sal, pimienta y orégano, cubriéndola bien, y déjala reposar toda la noche en la nevera.
2. Seca la carne
Retira la carne del líquido que se hubiera acumulado durante la noche. Sécala dando golpecitos con una toalla de papel.Coloca la carne en una rejilla de alambre y sécala en un deshidratador hasta que esté completamente seca y dura. A mí me llevó unas 8 horas. Puedes secarla en el horno a más de 93 ºC [200 ºF] hasta que la carne esté bastante dura y seca al tacto (a mí me tomó unas 3 horas).
3. Cómo guardar
Deja enfriar la carne a temperatura ambiente y guárdala en una bolsa hermética en la nevera hasta un mes.
4. Para desalar la carne
Enjuaga la carne en agua corriente. Déjala en remojo toda la noche en abundante agua (unos 3,8 litros) en la nevera.Cuécela en la misma agua en la que ha estado en remojo toda la noche hasta que la carne esté muy tierna.Si la cueces en una olla a presión, tardará unos 20 minutos. En una olla convencional debería tardar aproximadamente una hora, añade agua si es necesario para mantener el mismo nivel de agua. Guarda el líquido para utilizarlo más adelante.
5. Desmenuza la carne
Deja enfriar la carne hervida a temperatura ambiente y deshilacha.
6. Saltea
Calienta el aceite en una olla de 2 litros [2 lt] a fuego bajo. Añade las cebollas, cuece y remueve hasta que las cebollas se vuelvan translúcidas. Añade el ajo y cuece removiendo hasta que el ajo desprenda su aroma (aproximadamente un minuto).Incorpora la carne y cuece hasta que se haya calentado del todo.
7. Haz la salsa
Agrega los tomates y el orégano. Añade la salsa de tomate y 1½ taza de agua de hervir la carne (comprueba que no esté demasiado salada antes de añadirla).Tapa y cuece a fuego bajo unos 10 minutos. Pruébalo y añade sal al gusto si lo consideras necesario (yo no lo hice).