Corta el queso en 12 rebanadas (2" x 3", ¼" grueso, aproximadamente). Seca el queso con una toalla de papel para minimizar las salpicaduras de aceite caliente.
2. Freír
Calienta el aceite a fuego medio [350 ºF or 175 ºC] en una sartén para freír. Fríe el queso por un lado hasta que se dore (freír una rebanada primero para ver si se fríe bien, ver las notas si se derrite). Voltea y repite. No añadir muchas lonjas al mismo tiempo, ya que el aceite debe permanecer muy caliente para evitar que el queso permanezca demasiado tiempo en el aceite.
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Notas
Si la primera rebanada se derrite en lugar de freírse en un color dorado, cubre las rebanadas restantes con fécula de maíz (Maicena) y retira el exceso. Si se fríe sin problemas, este paso no es necesarioEl tiempo que se fríe el queso depende enteramente de tu propio gusto. Algunos lo prefieren de color dorado claro y ligeramente derretido, otros lo prefieren crujiente y de color más oscuro. Haz lo que prefieras.