Engrasa dos moldes antiadherentes de 8” [20 cm]. Reserva.
Calienta el horno a 350ºF [150 ºC].
Mezcla harina, bicarbonato, sal, polvo de hornear, semillas de amapola y azúcar. Reserva.
Bate los huevos a alta velocidad usando el aditamento de alambre de la batidora hasta que se tornen de una amarillo claro y espumosos (unos 3 minutos). Lentamente agrega el aceite en un chorrito fino y bate hasta que se torne más espumoso y un color aún más claro (otros 3 minutos).
Agrega el jugo de limón amarillo (o naranja) en un chorro fino, seguido por la leche condensada también en un chorro fino. Una vez esté bien mezclado, apaga la batidora.
Cierne el harina mientras agregando muy lentamente a la mezcla de huevos, mezclando lentamente con una espátula en un movimiento envolvente. No vayas muy de prisa porque se formarán grumos con el harina y se perderá el aire que incorporaste a la mezcla.
Vierte la mezcla cuidadosamente en los moldes. Hornea hasta que se tornen de un color dorado, y cuando lo pinches con un palillo este salga limpio (20-25 mins).
Retira del horno y deja enfriar a temperatura ambiente antes de retirar de los moldes.
Para hacer el relleno
Vierte el queso crema en la batidora y bate usando el aditamento plano hasta que tengas una mezcla suave y sin grumos. Corta la mantequilla en cubitos y agrega al queso. Bate hasta que se mezcle bien y no haya grumos.
Agrega el jugo de limón verde y ralladura y bate hasta que se hayan mezclado por completo.
Baja la velocidad para evitar salpicaduras y agrega el azúcar lentamente para que se vaya incorporando a la mezcla. Cuando agregues toda el azúcar, sube la velocidad al máximo y bate por un minuto.
Tapa y enfría en la nevera antes de cubrir el pastel.
Para armar
Vierte el relleno de queso crema en una manga pastelera con hoyo de ½” [1.5 cm]. Haz círculos concentricos con el relleno sobre uno de los pasteles. Cubre con el otro y repite si queda relleno. También puedes cubrir con una espátula, solo asegúrate que no esté muy gruesa la cubierta.