Nuestro repertorio contiene muchos platos considerados quintaesencialmente dominicanos, pero eso no significa que no formen parte también de la cocina de otro país.
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- Revisado: . Publicado: 16 Abr 2014.
Los humanos no siempre encajamos en patrones de nacionalidad, etnia, tribu o lenguaje, así que ¿porqué tendría que hacerlo la comida? ¿Qué es cocina auténtica dominicana? La respuesta es más compleja de lo que podríamos creer.
Migración, conquista, dominio colonial, refugiados, inmigración, desplazamiento poblacional, viajes, exploración y turismo traen como consecuencia que las líneas entre nacionalidad y gastronomía se hacen más borrosas.
La gastronomía dominicana es el producto de eso y más. La población taína original, los conquistadores y colonizadores españoles, la trata de esclavos de África, así como varias olas migratorias de la China, Europa y el Medio Oriente han dejado sus marcas indelebles en la cultura gastronómica dominicana. También han habido olas migratorias más cercanas, motivadas por razones económicas o políticas, sobre todo del Caribe inglés, Cuba y Puerto Rico. En años más recientes, el turismo, estudios en el extranjero y matrimonios multi-culturales han agregado aún más ingredientes a este crisol de culturas.
Pero las disputas sobre quienes se adjudican posesión de algunos platos puede ser fuente de conflicto, inclusive en zonas pacíficas como la nuestra, o en lugares que no lo son tanto. En el Oriente Medio varias naciones se disputan la posesión del hummus y el falafel como suyas. Mientras tanto en el Reino Unido se le conoce diplomáticamente como comida "griega". Y hablando de esto, ¿cuántos visitantes a Grecia no han casi empezado incidentes diplomáticos al ordenar "café turco"?
En Europa del este, otra región que ha sido esculpida por conquistas, migración y conflictos, platos como el borscht y muchos otros le son atribuidos a varias naciones. Esta sopa a base de remolacha es de hecho ucraniana de origen, pero sus muchas variaciones, incluyendo las variaciones frías y calientes, son asociadas con la cocina polaca y rusa. De niña conocí la palacsinta, un tipo de panqueque que hacía un vecino húngaro, pero resulta que es común en muchos países del centro y este de Europa: Austria, Bulgaria, Bosnia, Croacia, República Checa, Macedonia, Eslovenia y Eslovaquia.
El Caribe y Latinoamérica de hoy día fueron moldeados por su historia: plátanos, arroz, habichuelas, maíz y todas sus formas de prepararlos aparecen de una u otra forma en toda la región.
Como isleños que somos, tendemos a ver hacia adentro, y a veces nos sorprende que algo que pensábamos que era único resulta a ser es compartido por varias naciones. Esto también aplica a la comida. Pocos platos son realmente únicos de una región o país.
Nuestro repertorio incluye muchos platos que son intrínsecamente dominicanos, pero esto no significa que no sean también parte de la cultura de otro país. Nuestros yaniqueques y domplines se saben que llegaron del Caribe inglés, y que nuestros kipes, tipili, y arroz con fideos son indiscutiblemente venidos del Medio Oriente. El chofán es chino y los espaguetis italianos. Nuestro niño envuelto tiene variaciones que vienen del Medio Oriente y de Europa central.
Hay platos como los tostones, arroz con leche, flan, tres leches y pudín de pan que, aunque tradicionales y comunes en nuestra cocina, no son exclusivamente dominicanos. Son compartidos por muchos países de la región, y aún más lejos.
Cuando plantamos la bandera en un plato no reclamamos soberanía exclusiva, solo nos referimos al hecho de que tradicionalmente se consume y prepara en la República Dominicana.
Inclusive nuestros tesoros como son el mangú, la bandera y el sancocho tienen versiones en otros países, pero cada nación tendrá su forma de prepararla. Aun dentro de nuestro país habrá variaciones entre regiones, e inclusive hogares.
Cuando dos o más países vecinos reclaman un plato como suyo, ¿acaso ya importa quien fue el primero? Lo importante es que lo amamos y disfrutamos todos. Nuestro origen común no debe ser fuente de conflicto sino de celebración.